El piloto inició la defensa de su título del Campeonato del Mundo de Rallyes de la FIA 2020 con una actuación sublime en los Alpes franceses, dominando la nieve y el hielo para aventajar a su compañero de equipo en Toyota Gazoo Racing, Elfyn Evans, por 32,6 segundos en un dominante 1-2 para la escuadra japonesa.

Las ocho victorias de Ogier abarcan tres décadas y se han logrado con cinco fabricantes diferentes. El francés culminó un fin de semana perfecto ganando el último Wolf Power Stage para sumar cinco puntos extra y sellar un botín máximo de 30 puntos en el rally.

El francés se deshizo de los primeros problemas de frenos en su Toyota Yaris. Tras perder el liderato el sábado después de un trompo y un pinchazo, recuperó la primera posición antes del final del domingo en las montañas de Mónaco.

Ogier, que retrasó su retirada para una última temporada del WRC, dobló su ventaja en el último tramo para conseguir una emotiva victoria en un rally que tiene su sede en Gap, su lugar de nacimiento. El 1-2 marcó un comienzo de ensueño para la carrera de Jari-Matti Latvala como director de equipo.

Evans lideró el sábado por la noche tras la pérdida de tiempo de Ogier, pero el galés no pudo repeler a su compañero y consideró que había sido demasiado prudente en las difíciles condiciones.

El vencedor del año pasado, Thierry Neuville, terminó a 40,9 segundos en un Hyundai i20. Fue un resultado impresionante para el belga, que se separó de su copiloto de toda la vida, Nicolas Gilsoul, menos de una semana antes de la salida y no se asoció con su sustituto, Martijn Wydaeghe, hasta la primera prueba de velocidad del jueves.

Neuville subió a la tercera posición cuando las esperanzas de Kalle Rovanperä de conseguir un podio limpio de Toyota se acabaron con un pinchazo el domingo por la mañana. El finlandés terminó a 1 minuto y 20,1 segundos de distancia.

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