El automovilismo argentino atraviesa momentos complejos debido a varios factores, algunos ajenos y otros propios. Sin embargo, en los últimos meses se dio una situación repetitiva, que aparentaba ser estrategia en un comienzo, y terminó en una trampa para quienes la habían planeado.

La referencia apunta a la especulación durante las sesiones clasificatorias que disputó recientemente la Clase 3 del Turismo Nacional, donde los 10 primeros pilotos que pelean el campeonato de la temporada actual forman uno de los tres grupos distribuidos para obtener los tiempos.

En las últimas dos fechas se vio dicha estratagema cuando el primer lote de corredores tenía bandera verde para salir de boxes a pista, y se dedicó a perder tiempo, con el objetivo de compensar una tensa espera al conseguir un cronómetro que permitiera mostrar el potencial de los vehículos.

Sin embargo, diversos pilotos cayeron presos de sus artimañas y terminaron, no solo en las últimas posiciones del clasificador. Mostraron una falta de respeto a los espectadores en los circuitos, televidentes, oyentes, periodistas y dirigentes.

Los comisarios deportivos supieron actuar según marca el Reglamento Deportivo Automovilístico que rige en nuestro país, y deberán salir sorteados los involucrados para saber en cuál de las tres series, a disputarse en la mañana del domingo, tendrán que remontar desde atrás.

Desde las autoridades de la categoría se tendrán que tomar decisiones para evitar sucesos similares y no perder credibilidad ni seriedad ante aquellos que pagan su entrada, informan sobre las carreras y controlan las competencias.

Así como se valoran los esfuerzos económicos que se realizan para poder ir a correr o asistir a las tribunas, no hay que perder de vista las dificultades y obstáculos que eso conlleva, y que, con la especulación, todo lo que se puede conseguir en horas se puede perder en segundos.

Firmado: Martín Arce.

Foto: La Voz del Interior