Hoy en Bahrein, la Fórmula 1 probablemente vivió el accidente más espantoso de toda su última década. La víctima fue Romain Grosjean quien se salvó de milagro de una situación en la que su auto se partió al medio y explotó literalmente.
Al momento de la largada Lewis Hamilton tomó la punta del Gran Premio de Bahrein, pero apenas de salir de la seguidilla de las curvas 1 y 2 Romain Grosjean hizo un mal movimiento, se tocó con el Alpha Tauride Daniil Kvyat, perdió el control de la auto a más de 150 kilómetros por hora y se estampó directamente contra el triple guardarrail que estaba apenas a 3 metros de la pista.
Automáticamente el auto se partió en dos: la parte trasera rebotó a un costado de la pista, mientras que la célula de supervivencia increíblemente quedó atravesada a través del guardarrail. El suspenso fue dramático, ya que automáticamente se desplegó la bandera roja y la televisión no volvió a mostrar la zona del accidente por más de un minuto, cuando se constató que el francés había salido ileso y había vuelto a nacer.
A pesar del cimbronazo Grosjean no perdió el conocimiento y apenas el auto explotó, el piloto intentó salir a toda prisa de su vehículo. En pocos instantes llegaron los bomberos y el piloto de Haas saltó el guardarrail en medio del fuego y salió de la zona de peligro.
El casco quedó parcialmente desintegrado por el fuego, mientras que Grosjean apenas tuvo algunas quemaduras en las manos y en los tobillos, que es en donde el equipo antiflama no protege al 100% como en el resto del cuerpo. También se lo trasladó al hospital para constatar una posible fractura o fisura en una de las costillas, pero claro está que el francés la sacó mucho más que barata.
Destacar la milagrosa situación con el guardarrail, ya que ante cualquier tipo de accidente con este tipo de elementos, el mismo puede ser una auténtica guillotina, sin embargo la actuación de la célula de supervivencia incluyendo al halo protector le salvaron la vida en un hecho milagroso a Romain Grosjean.
